Saori

A pesar de no ser un restaurante con historia (abrió sus puertas en 2017), Saori se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la auténtica gastronomía japonesa. Su carta es muy extensa y muy rica, pero lo que realmente hace que te enamores de este establecimiento, es el trato que recibes por parte del personal y de sus dueños, siempre dispuestos a ayudar y regalar una sonrisa. Sus platos se elaboran al momento y, como todo lo bueno, a veces se hacen esperar. Para compensar esa espera, siempre cae algún maki o sashimi cortesía de la casa (ñam, ñam). La clientela de Saori es educada, selecta y dispuesta a disfrutar de sus riquísimas gyozas vegetales, del ramen, del ceviche de dorada o de cualquiera de los platos que el chef ofrece con orgullo. Espectacular la Pirikara-Hotate (parecida a un tiradito de vieira) o cualquiera de sus platos de con toro ¡Apuesta segura!